sábado, 17 de febrero de 2018

EL CONVENTO DE LOS DESCALZOS

Cuando paseamos por Cádiz vemos las plazas y edificios que nos legaron las diferentes desamortizaciones de las órdenes religiosas y el derribo de conventos. Entre ellos, hoy nos toca a hablar del que se situaba en la manzana que hoy ocupa el edificio de correos y lo que fuera el Teatro Andalucía y antiguo Cine Terraza, y su huerta, lo que hoy es el Mercado Central de Abastos de la ciudad.. 

Allí el 2 de junio de 1628 se inauguró el Convento de los Frailes Descalzos, bajo la advocación de Santa María de los Ángeles, siendo su guardián San Juan de Prado, enterrado en una bóveda en la Iglesia que presidía el conjunto. En esa misma Iglesia también se enterró Pedro de Ocampo Mariño, primer Gobernador Militar y Político que tuvo Cádiz. 

Para la fundación del convento e iglesia de los Descalzos se sumaron 4500 ducados, pagando el Municipio 3.035 y los regidores Hernán Sánchez de Alba y Gerónimo Hurtado lo que faltaba. Avanzadas las obras se les dio posesión a los frailes el 9 de septiembre de 1608. 

En el siglo XIX Adolfo de Castro nos hablará del convento diciendo que no tenía gusto, con "retablos abominables", sin duda por ser otro el estilo imperante al que gustaba en la época de vida del historiador, concretamente, el barroco. Aunque no es fiable la opinión de don Adolfo de Castro, si deja una pequeña reseña sobre la calidad de las imágenes de la Concepción y el San Antonio del valenciano Pedro de Vergara. También sabemos que se encontraba en el mismo la talla del Ecce-Homo que hoy se venera en la Catedral de Cádiz obra de María Luisa Roldán "La Roldana". En un lateral de la Iglesia se encontraba la Santa Escuela de Cristo para niños  desde 1691.El ingreso a la Iglesia se realizaba por la plaza de Topete y contaba con una escalinata. 

Ya en 1822 se subastaron algunas fincas pertenecientes a la orden tercera de los Descalzos, pero será en 1835 con la exclautración de las órdenes religiosas cuando el convento empiece a abandonarse, aunque la Iglesia siguió abierta al culto hasta 1868 regentada por un capellán, siendo en ese año las imágenes y objetos de valor trasladadas a otros templos en tanto que era demolido el edificio. En el año de la clausura del convento, este contaba con 13 frailes. 

Con la desamortización de 1820, los frailes dejaron la huerta y se empezaron a situar en el espacio un mercado compuesto de tablas. El municipio tuvo que indemnizar a los Descalzos, y en 1837 comenzó la construcción del Mercado, terminándose el 2 de diciembre de 1838. 

Para la demolición del convento en 1868, se aludía a su mal estado, pero en ese momento se encontraban situados dentro la escuela de párvulos de San Servando y el asilo de ancianos del Buen Pastor, por lo que el mal estado no parece que fuera muy elevado. Fue conocido por el Convento de San Diego también, por el colegio que se encontraba en el edificio.

Dentro de las historias del convento, es reseñable la creación de la cofradía de los Afligidos, a partir de la devoción de Francisco de Mendoza que encargó realizar al pintor José Severino un lienzo donde figurara la cuarta estación del Via- Crucis y que fue venerado en  la fachada de este templo desde 1719 hasta la construcción de la Iglesia de San Lorenzo y que hoy día se conserva en la misma.

También es curiosa la historia de la Mancebía o prostíbulo que existía en las inmediaciones y que fue objeto de numerosas quejas por la cercanía al convento aunque la casa de mujeres fuera anterior. 

Del Convento en pie, sólo se conserva una foto realizada desde la torre de Tavira.


sábado, 10 de febrero de 2018

LA LEYENDA DE LAS ÁNIMAS BENDITAS DE SAN ANTONIO

Desempolvo la pluma y la memoria para recuperar una historia que ya estuvo presente en nuestro antiguo blog:  Cádiz más cerquita que la mar y, lo hago, por convencimiento, aun sabiendo que lo que pasó pudo ser fruto de la casualidad o del pánico creado en una niña de 14 años y alejarse de lo que realmente parece.

En la Iglesia de San Antonio, encontramos en el pasillo que da entrada a la nave principal un cuadro negruzco en la pared que simboliza a las ánimas benditas del purgatorio. Son muchos los fieles que se paran allí para rezar por el descanso de las almas en pena que allí se encuentran a la vez que para pedir "favores" para mejorar sus vidas. Antiguamente todavía eran más los fieles, si hablamos de principios de los años 50, con una sociedad muy polarizada donde llevar un plato de comida a la mesa se antojaba una tarea casi imposible.

Nos situamos en una tarde de enero, de las que ya son oscuras apenas dando las 18 y 30 de la tarde. Desde por la mañana, una joven gaditana había sido contratada para trabajar, pero tenía un problema, la ausencia de un reloj despertador en su casa. La niña tenía miedo de llegar tarde al trabajo en su primer día laboral.

Una de sus amistades le recomendó rezarle al cuadro de las ánimas de San Antonio, diciendo que si le rezaba no iba a quedarse dormida, y así hizo la mozuela. Entro en la Iglesia miró al señor del Patio pidiéndole por su familia y se introdujo en el pasillo que da a la nave principal. Allí durante más de media hora sus plegarias y llantos fueron por su preocupación futura, encontrándose sola y secándose las lágrimas y con nerviosismo volvió a su casa en la calle General Luque.

La noche durmió a la chiquilla plácidamente, el sueño profundo la hizo verse trabajando y ayudando en una casa donde no sobraba precisamente el capital monetario.

En mitad de la noche,  la chiquilla sintió un balanceo sobre su cuerpo como si la estuvieran jalando desde varios puntos a la vez, sintió que se movía toda la cama, y su garganta se hizo sorda a la hora de gritar cautiva del pánico que se había apoderado de sus reacciones. El susto fue muy grande,  Casi sin aire miró el reloj que colgaba de la pared, eran las seis de la mañana. Las ánimas benditas del purgatorio habían cumplido su palabra.

Desde que conozco esta historia mi paso por el lugar donde se encuentra el cuadro se me hace un calvario, el pulso se me acelera y no paro de recordar el pánico vivido por esa joven chica, hoy mi madre en esa mañana que tenía pánico por quedarse dormida y no poder acudir al trabajo.