En el periódico El Comercio, correspondiente al 23 de mayo de 1875 podemos observar una misiva de una serie de vecinos del barrio de Extramuros de Cádiz, en el que nos dejan ver algunos de los problemas que acontecían en la zona en dicha fecha y de esta manera, hacernos una idea de cuál era la situación en esa fecha tan temprana. Para no dejar margen a mi subjetividad, reproduciré aquí la carta para que cada cual pueda sacar sus propias conclusiones y el texto pueda ser usado por investigadores interesados.
"Barrio de Extramuros,
Sr. Directos de EL COMERCIO.
Muy señor nuestros: con gran satisfacción hemos visto que en los números correspondientes a los días 4 y 16 del presente mes del periódico que Vd. tan dignamente dirige, se ocupa algo del olvidado bario de Extramuros, pidiendo que el Municipio lleve a cabo algunas de las mejoras que reclaman su ya numeroso vecindario, y mal estado de sus calles y plazas.
El interés que su ilustrada publicación demuestra en ello, y el deseo de que por el Ayuntamiento sean conocidas las necesidades de este bario, que por precisión nosotros, como vecinos de él notamos mejor que nadie, nos mueve a tomar la pluma e indicarle algunas mejoras que en nuestro entender y sin grandes gastos podrían llevarse a cabo.
Es estraño, señor director, que siendo el barrio de Extramuros el único desahogo de una población tan importante como Cádiz, los vecinos de esta prefieran pasar la primavera ó verano en el Puerto de Santa María, Puerto- Real y demás pueblos cercanos en vez de hacerlo en el barrio de San José, próximo a la ciudad, y en donde sin gastos podrían las familias acomodadas estar próximas a sus casas, así como evitarse en viages diarios de ida y vuelta que por precisión tienen que hacer las personas cuyos negocios les llaman a Cádiz durante el día, y cuyas familias residen fuera temporalmente. Y no se diga que en las poblaciones de que hacemos mención el clima y el campo son mejores que en Extramuros, pues con respecto al primero no hay diferencia, ya que los levantes, viento al más incómodo de los que reinan en esta provincia, lo mismo molesta aquí que en los demás pueblos de ella, y el campo comprendido entre los fuertes de Tierra y la Cortadura, podría indudablemente competir con el de aquellos puntos si se fomentase la construcción de casas de recreo y jardines de que estaría cubierto, si este terreno estuviese cercano a cualquier otra población que no fuese Cádiz. Ahí está Gibraltar, en donde q pesar de sus trabas militares, se aprovecha el hueco de una roca, y el del más pequeño sitio cubierto a levante, que allí si que es insoportable, para convertirlos inmediatamente en preciosos jardines, no obstante los gastos y cuidados que proporcionan.
Nosotros siempre nos hemos esplicado esta diferencia del vecindario de Extramuros, por el descuido con que todos los Ayuntamientos han mirado el ornato y la higiene de esta parte de la población.
Callejones formados por vallados a medio caer, caminos cubiertos de un metro de arena, basura e inmundicias por doquier, alumbrado exiguo o malo, hé aquí las comodidades de que disfrutaba este barrio ahora cuatro o cinco años. Como complemento, el paseo que conduce desde la ciudad hasta San José sin un solo asiento cerca de un kilómetro de longitud y abandonados los árboles a las injurias de los chicos y del sol abrasador de nuestros veranos tropicales. El trayecto en carruage, en fin, haciéndolo hasta hace poco por un camino, que más que el nombre de tal, debería de merecer el de suplicio de personas y animales, por el sin número de baches y desperfectos, y todo esto señor director, a las puertas de Cádiz, ciudad considerada en España y el estrangero por una de las que más cuidan de su belleza y ornato, y aunque nosotros no lo neguemos, como buenos hijos de ella, se nos figura que tratándose de este barrio le pasa a nuestra bella ciudad lo que a los gitanos cuando van de fiesta, que se adornan con bestidos nuevos, gran pañolon de espumilla, y bellas flores en sus negros cabellos, sin perjuicio de llevar en los piés, por no perder la costumbre, maltratadas y rotas chanclas; y perdósenos el simil en gracia de la exactitud.
Los vecinos del barrio y algunos de Cádiz que han comprendido por fin la comodidad que les brinda Extramuros para pasar una temporada sin necesidad de abandonar sus casas y negocios, han conseguido mejorar, la mayor parte de las veces a su costa, el ornato de este barrio, influyendo cuanto les ha sido posible con todos los Ayuntamientos para que por su parte contribuyesen a tan laudable transformación; pero esto último, cuando se ha obtenido, ha sido siempre después de mil idas y venidas, gestiones inútiles hasta por años enteros, y en el último resultado dejando á medias la obra emprendida, como ocurrió con la reforma y mejoramiento del paseo, cuya terminación se haría con pocos gastos si se aprovecharan los ya efectuados.
Algo difusos creemos haber sido al esplicar las causas del olvido que tienen al barrio de Extramuros los vecinos de Cádiz, pero era preciso presentar las cosas tales cuales son, y pasar después a enumerar las mejoras de que en nuestro pobre entender es susceptible esta parte de nuestra hermosa ciudad.
La terminación del paseo que conduce a S. José es una de las obras más necesarias para establecer un medio cómodo de comunicación de dicho barrio con Cádiz, al par que un sitio de recreo, si como debe hacerse se colocan asientos de trecho en trecho, y se siembran y cuidan los arboles de que debiera estar adornado, permitiendo luego por su centro la circulación de carruajes, á escepcion de los de carga que deberían seguir pasando por la carretera.
La plaza de la Iglesia como sitio céntrico, bien merecía que se adoquinase como VD, oportunamente ha indicado en su periódico, así como fijar frente á la misma iglesia el punto en que debiera establecerse una de las fuentes vecinales con que se ha de dotar al barrio, en vez del lugar señalado, que se nos ha dicho ser á la espalda del indicado edificio. Esta última mejora de que disfrutan ya hasta los barrios más estremos de Cádiz, aun la esperamos en este, lo que corrobora el olvido inmerecido en que se le tiene, y si esto pasa tratándose de una cosa tan necesaria para la vida é higiene pública ¿qué no ocurrirá con aquellas otras que solo son cuestión de ornato y comodidad de los vecinos?
La calle de la Figurina, la mejor por el buen aspecto de sus edificios, tiene empedradas o embaldosadas sus aceras, gracias á los dueños o inquilinos, á cuya costa se ha hecho esta mejora, sin que despues de cuatro años de incesantes gestiones cerca de los Ayuntamientos que desde aquella época se han sucedido, hay podido obtenerse el arreglo y composición de su parte central, que continua en el peor estado, apesar de la buena voluntad del Alcalde de barrio, que con exiguos medios ha conseguido hacer desaparecer parte de las arenas acumuladas, y reparar algunos pequeños trozos, con materiales de corta duracion y poco apropósito, únicos de los que les hes dado echar mano.
El alumbrado, sin saber nosotros porqué, se ha disminuido hasta convertir el que ha quedado en ridícula parodia de lo que fué y lo mas notable del caso es, que esta reforma ha venido oportunamente en la época del año en que mas concurrido está el barrio, y mayor es el número de personas que transitan por el paseo para ir y venir á Cádiz, paseo, que al suprimirle la mayor parte de sus luces han quedado las restantes á causa de su colocación anterior con la misma deliciosa simetría y buen aspecto que olivar de capellanía.
Algo hemos dicho con lo que se refiere á las necesidades mas perentorias de Extramuros y respecto al modo de dar animación y atractivo á esta parte de Cádiz, indicamos á Vd. un pensamiento por si cree que debe patrocinarlo (...)"
La carta continúa con un petición para la celebración de una fiesta en el barrio y se culmina al día siguiente hasta la despedida.
Espero que sea útil e interesante para los lectores.