lunes, 27 de marzo de 2017

LA EPIDEMIA DE PESTE DE JULIO DE 1681.


Las epidemias de peste son uno de los elementos catastróficos que merman la población de la ciudad de Cádiz desde el siglo XVI. Son conocidas las de 1582-83 que afectó a Cádiz en 1581, con efectos que todavía no han sido calibrados en su magnitud. En esa época Cádiz no pasaba aún de ser una pequeña ciudad con un hábitat no superior en todo caso a los 7.000 habitantes que vivían entre la antigua cerca medieval y los arrabales que habían crecido algo en su entorno. La población aumentaba por la disposición que desde 1509 permitía a Cádiz la escala de la flota de Indias por la Real Cédula de la reina Juana, que dejaba a  los barcos la posibilidad de registrarse en Cádiz sin necesidad de subir por el Guadalquivir hasta Sevilla. Aún así, seguía siendo una población débil. Después del saqueo anglo- holandés, como es sabido, Felipe II siguió su conciencia y aceptó fortificar la ciudad siguiendo los modelos del renacimiento italiano, negándose a abandonarla, lo que llevó a la ciudad a su vida más prospera que continuaría durante todo el siglo XVII y el siglo XVIII. 

Durante el siglo XVII las epidemias, lejos de desaparecer, aumentaron. La de 1647 a 1650 hizo estragos en la población andaluza hizo estragos en Andalucía sin maltrechar en demasía la población de la cuidad de Cádiz, pero sí la de Sevilla, que perdió hasta un 50% de sus habitantes, lo que suponía un avance de la segunda frente a la primera en lo que era la carrera de Indias.

Pero sin duda, la epidemia con más fuerza del siglo XVII en la ciudad de Cádiz, fue la de 1681. Una epidemia de peste que se abre paso en la península ya desde 1676, y que obligaba al cabildo de la ciudad a tomar algunas precauciones para evitar el contagio. Aún así, esta epidemia era imparable y rápidamente invadió toda la zona levantina y el Magreb, lo que provocó una escasez alimenticia sin precedentes. 

Las medidas tomadas por las autoridades fueron las rondas nocturnas para evitar el paso clandestino de apestados a la ciudad y la compra de trigo a Francia para paliar la necesidad alimenticia. Otras medidas fueron más drásticas, pidiéndose la supresión de la comedia por el cabildo eclesiástico, ya que consideraban la peste un castigo divino por la falta de moralidad demostrada.  

Imagen del Hospital Real en la maqueta de Cádiz.
(extraída del blog Calle Ancha de Alberto Ramos Santana)
En julio de 1680 se conocen casos de apestados en el Puerto de Santa María, y un años después en julio de 1681, la epidemia aparecía en la ciudad de Cádiz, temiendo incluso que la epidemia pudiera viajar a América con la flota de Indias, entonces atracada en la Bahía.  Se cuenta que el primer enfermo fue el escribano Juan de Sera, en la calle del Santo Cristo de la Calle Sucia. Se quemaron las ropas y los enseres sobre el Campo Santo de la ciudad (plaza de Fragela). Muchos huyeron de la ciudad, pero la peste no tardó en propagarse. 

Fue el Hospital Real el que sirvió de enfermería para los apestados pero no había cirujanos dispuestos a trabajar con ellos. El uniforme de los que sí aceptaron el trabajo, como enterradores, era morado hasta los pies. Los enfermos en cuarentena eran amontonados en el islote de San Sebastián. 

La peste remitiría en su totalidad el 22 de julio, día de Santa María Magdalena, y los vecinos de Cádiz lo achacaron a la intervención divina. Durante las mayores sacudidas de la epidemia fueron muchos lo que se acercaron a rezar al señor de Santa María, el cristo de Jesús Nazareno. En la madrugada del 21 al 22 de julio aparecen recogidos testimonios de personas que aseguran haber visto a la imagen atravesar la ciudad y acudir al Hospital Real. 

Una de ellas es la religiosa del convento anexo a la Iglesia, el de la Inmaculada Concepción, Sor Isabel Garrido, que aseguró ver bajar al señor de su camarín al señor acompañado de lo que parecía ser María Magdalena (cuya imagen no existía). 

Otro testimonio lo da Felipe Acosta, que aseguró verlo caminando en dirección al Hospital Real por la calle Compañía.  A su vez, muchos enfermos lo describieron también dentro de las salas del Hospital. 

Desde entonces, se le tiene en Cádiz gran devoción y se pone su imagen junto a las armas de la ciudad y en los certificados sanitarios expedidos por el ayuntamiento a los capitanes de barcos. 


Se celebró una novena en la Catedral Vieja de Cádiz en acción de gracias y se le otorgó a la imagen protectora la categoría de Regidor Perpetuo de la Ciudad, usándose la leyenda que aún hoy se guarda en la cofradía de "A peste nos curat"

Hemos querido recoger una historia, que no por ser más conocida, es analizada con detalle y merece ser recordada dentro de este blog.

Para ello, hemos utilizado tres fuentes fundamentales, una la propia web de la hermandad de Jesús Nazareno que describe sus emblemas y la historia ; 

http://www.nazarenodesantamaria.com/cofradia/institucional/emblemas-y-lema

Otra, quizás la más importante, el análisis que hace Manuel Bustos Pavón en su obra Cádiz, los siglos decisivos de la editorial Silex, que recoge estos hechos en las páginas 31 y 42,  

Y por último, las memorias de Raymundo de Lantery, que por ser coetáneas a los hechos, nos parecen una fuente directa. 

Espero que el ávido lector y seguidor de este blog saque sus propias conclusiones. 

martes, 14 de marzo de 2017

CÁDIZ: UN MUSEO EN CADA CASA

Será que la cotidianidad no nos hace valorar en su justa medida lo que poseemos, o será que nadie nos ha explicado dónde vivimos. Lo cierto es que la mayoría de los gaditanos del centro urbano no son capaces de valorar el entorno que habitan y valoran lo ajeno mucho más que lo propio. Sin dejar de hacer mención a las grandes casas palacio como la de los Mora, Aramburu o los Blázquez, los gaditanos no son conscientes de que ellos viven en museos, en historia latente de la ciudad, algunas con más exornos que otras, pero todas huella de un pasado de esplendor que deberían ser tenidas en cuenta por los vecinos y por las administraciones. 

Sin dejar de ser privadas y zonas habitadas, estas casas palacio deberían tener una estimulación económica que las llevara a mantenerse sólas, con visitas concertadas a cambio de un donativo, para ser conocidas por los propios gaditanos en las zonas comunes. Pondremos de ejemplo sólo algunas que la mayoría ni se ha planteado.

Foto extraída del blog Bitácora de Juan Antonio Fierro
En el arco Garaicochea, en la antigua calle de los Descalzos, Fierro Cubiella estudió en su día la casa señorial de la familia, construída en el siglo XVIII. La decoración de la misma hace ver ante qué nos encontramos. 


foto de Antonio de la Cruz
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Otro ejemplo magnífico lo encontramos en la calle Manuel Rancés, con una casa puramente barroca rehabilitada que nos da un ejemplo magnífico de lo que fue en su día. 

foto extraída del Blog Bitácora de Juan Antonio Fierro


Cerca de la Viña, en la calle Pasquín encontramos la casa del mismo nombre, hoy abandonada con decoraciones como la que vemos en la foto. 


Incluso supermercados, como el Supercerka de San Francisco, están instalados en patios como el que vemos en la fotografía. 


Podemos encontrar azulejos de Delft en casas aparentemente humildes como en esta de Candelaria.

O sumergirnos en lo que otrora fuera la casa de un coleccionista de los más importantes del mundo.

E incluso admirar una fuente con símbolos paganos dentro de un patio columnado en mármol y de rica decoración, como en esta casa de San Francisco.


Son sólo ejemplos al azar, del tesoro que poseemos los gaditanos de a pie, en nuestras viviendas, en nuestras casas. Hace tiempo que propusimos poner carteles explicativos poco a poco en cada una de las fincas explicando un poco de la historia y arquitectura de cada una, sobre todo, para que los vecinos valoraran donde viven, a lo que se nos hizo caso omiso. También planteamos un proyecto coincidiendo con el tricentenario del traslado de la casa de la Contratación para poner en valor estas magníficas casas, únicas en su especie, obteniendo el silencio por respuesta. Tan sólo nos queda concienciar a la propia ciudadanía, a través de estas líneas, de que guarden, vigilen, protejan y difundan sus museos, estando orgullosos del legado que les ha tocado vivir. 



jueves, 9 de marzo de 2017

YAZIRAT QADIS : Su estructura urbana.



Hasta hace poco tiempo, la historiografía no reconocía casi nada del poblamiento musulmán de Cádiz. Hace unos años, gracias a las investigaciones empezadas por Juan Abellán que continuó Francisco Cavilla, empezó a cambiar el concepto de la ciudad árabe gaditana. 

Y es que estos autores comenzaron estudiando el mismo topónimo. Así consideraron que Qadis aparecía acompañado de madina, balad, hadra, hadira, misr, y qa´ida, llegando a la conclusión de que un hábitat sólo llegaba a ser calificado de madina cuando en él se daban las funciones de una ciudad. La característica principal de una madina es la de ser capital de un distrito. En los textos árabes, Cádiz es citada como una de las ciudades pertenecientes a la cora de Sidonia, que comprendía la campiña de Jerez, las serranías subbéticas y la Bahía gaditana. La capital de la cora era Medina Sidonia, pasando a Casinas en el 844.  Cádiz podría ser la cabecera de uno de los aqalim, distritos menores pero con cierta entidad administrativa y fiscal.

La madina se concibe como un espacio fortificado y protegido, relacionado con la presencia de una alcazaba. Las fuentes árabes apenas hacen mención a este tema sobre Cádiz. La cerca de la ciudad cristiana de Alfonso X se atribuye a este rey coincidiendo con el actual barrio del Pópulo. Aunque Agustín de Horozco dice que no se aprovecharon edificaciones musulmanas, era común la reutilización de las mismas y se tuvo que aprovechar el recorrido y los restos de la cerca musulmana, y así lo deja ver la Bula Papal de Urbano V de 1263 cuando se habla de la reparación realizada por Alfonso X de las "antiguas murallas". Por ello, deducimos que la cerca cristiana se levantaría sobre el trazado musulmán y que sus puertas se encontraban situadas en el mismo lugar que en la actualidad, datos confirmados, según Francisco Cavilla, con las excavaciones realizadas en el Arco de los Blancos. Allí se observa el aprovechamiento de sillares romanos.

Dos son las edificaciones de las que nos hablan los textos, por un lado la mezquita aljama, donde se construiría la Catedral de la Santa Cruz, y por otro, el Castillo del Teatro. Este castilllo se levantaría en la esquina sureste del actual barrio del Pópulo (donde luego estaría el de la Villa), aprovechando la estructura del antiguo teatro romano. Según Fierro Cubiella al estar mirando al mar, indica que en su origen tenía una función de vigilancia de la costa, pudiendo ser relacionado con la política de defensa de Abd al- Rahmán II.  Con el desarrollo de la ciudad musulmana en los siglos XI y XII es posible que la fortaleza se ampliara. Las dimensiones, según Cavilla, son inadecuadas para ser considerada una alcazaba.

De las tres puertas de acceso actuales, el arco del Pópulo es el que más parece de origen musulmán. Presuponemos que sería un arco de herradura de acceso directo en medio de dos torres de flanqueo, realizándose en época almohade una torre destacada al exterior.  Las otras dos puertas han sufrido grandes remodelaciones y nada indican un pasado musulmán.

La mezquita, como hemos dicho se ha situado tradicionalmente, en la antigua Catedral de la ciudad, considerándose la torre de la Casa de la Contaduría como el minarete de la misma. A esta mezquita podría pertenecer en principio, el capitel encontrado en el teatro romano de Cádiz en 1992, aunque no se puede verificar a ciencia cierta.

No hay referencia escrita ni arqueológica de baños o hamman, pero tendrían que estar cerca de la mezquita.  En el teatro romano y en la Casa del Obispo se localizaron restos de viviendas árabes.

La maqbara debería estar en el barrio de Santa María, pero hoy día estaría destruida, donde sólo se ha podido encontrar una tumba.  La mayoría de las tumbas seguramente se encontrarían en la arena de la playa como en otras ciudades. 

miércoles, 8 de marzo de 2017

LA VIÑA Y EL CRISTO DE LAS TETAS.







Nos acercamos a la Semana Santa gaditana en fechas y es de recibo realizar un post con alguna anécdota de lo que son nuestras imágenes procesionales.

La devoción popular siempre ha tendido por sí misma a llamar a las imágenes como ha querido, a parte del nombre que se le asignara desde la diócesis correspondiente. Así, en Cádiz muchas imágenes religiosas en la actualidad tienen un "mote". Pero lo que es lógico hoy día parecería ilógico hace dos siglos y medio, y hasta dar con el texto en cuestión, hasta chistoso.

Nos informaba el historiador Juan Antonio Vila que buscando referencias sobre el inquisidor de Cádiz a fines del siglo XVIII había encontrado un texto en el que se hablaba del Cristo de las Tetas. Siguiendo su referencia buscamos la misma y la encontramos en varias obras publicadas sobre la Inquisición.

Así, dimos con una de las obras que citan la referencia, en concreto en el artículo El Arte Vigilado de Enrique Gacto de la Universidad de Murcia, de la revista de la Inquisición del año 2000. El autor nos cita el extracto de una carta de la inquisición del legado AHN Inquisición. leg.3058 10. Carta de 30 de septiembre de 1778. Vid. Apéndice, y dice concretamente así:

"se me dio aviso que en la capilla de la Palma del barrio de la Viña havía una devota imagen de un crucifixo, el que solía salir en procesión por las calles de dicho barrio. Y con motibo de no haverlo sacado aquel año, algunos vecinos dixeron que ¿por qué no sacaban al Santo Christo de las tetas? Assí lo intitulaban por el defecto de tener los pechos muy abultados, y constando su certeza de las diligencias practicadas, pasé solo una tarde en ora en que no se pudiese dar nota a la dicha capilla; y reconocida dicha imagen y tener defecto, mandé a D. Josef Gavín, presbítero capellán de la referida capilla, que hiziese por reformar la imagen con el mayor secreto, y reformada me avisara. Lo que ejecutó, y le advertí se le diese algún título, y en efecto se le dio el de la Espiración, y amonestase a los hermanos que en lo subcesivo se abstubiesen de nombrar a dicha imagen con otro nombre"

Curioso proceso al menos, y curiosa también la denominación que le daban los fieles al antiguo cristo de los viñeros. Con el respeto absoluto, tenía que compartir dicha información para que fuera conocida por los seguidores de este blog como anécdota de interés.

EL ENIGMA DE LA CASA DEL RELOJ Y LA CRUZ.


Surgía hace unos meses a través de las redes sociales, un pequeño enigma sobre una edificación cercana al Hospital de Mujeres, que actualmente no existía,  pero que se observaba en una foto tomada suponemos el siglo pasado desde la Torre de Tavira y todos se preguntaban de qué edificación se trataba. Se publicaba en la página de Amigos del Archivo Municipal de Cádiz el 15 de septiembre de 2016 y fue objeto de debate por todos los seguidores de esta página.


El historiador José Antonio Fernández Domínguez fue el primero en sacarnos de duda, se trataba de la antigua Casa Matriz de Expósitos. Para ello se basaba en la ubicación de la misma por el callejero gaditano de Serafín Pro y Ruiz publicado en 1933, donde habla de la misma en la calle de los Blancos actual Rosario Cepeda.

Al no haber salido de este ámbito de grupo cerrado me he decidido por escribir algo sobre la misma. Así aportaba Fernández que la casa estaba en esta calle desde 1670 y se estableció bajo la advocación de María Magdalena, teniendo entre las dos puertas de entrada un medallón conmemorativo de la Santa. 

Recientemente gracias a la relectura de la obra de José Nicolás Enrile podemos dar una visión más cercana de la antigua Casa de Expósitos. Así nos dice el mismo que la antigua casa de Cuna contaba con gran incomodidad, y el regidor Bartolomé de Orta dio un terreno junto al huerto que hoy es el hospital de Mujeres para hacer la nueva Casa de Expósitos en 1670, en la calle del Maestro de Armas (luego de los Blancos y luego Rosario Cepeda), siendo construida principalmente con limosnas de los vecinos. Estuvo a cargo de las hermanas de San Vicente de Paúl y gozaba de gran aseo.  Aquí se recibían no sólo los expósitos de Cádiz, sino de toda la diócesis, e incluso del obispado de Jérez. 

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Por último, se nos habla de una pequeña Iglesia en su interior, donde durante mucho tiempo estuvo una de las mejores tallas que había en la ciudad, la imagen de Santa María Magdalena en los brazos de un ángel, obra de Luisa la Roldana. 

Con la expansión de la ciudad se creó la nueva Casa Cuna en extramuros supliendo a la antigua de Rosario Cepeda. Sabemos que la nueva sufrió la explosión de 1947.  En esta explosión también se perdió la talla de la Roldana, de la que no se encontró nada, algo raro.


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martes, 7 de marzo de 2017

¿POR QUÉ CÁDIZ SIEMPRE TIENE 3.000 AÑOS?


Es una de las preguntas que surgen en la mente de los gaditanos de a pie.  Desde que nacieron, sus abuelos le contaban que sus abuelos le decían que Cádiz tiene 3000 años. Y la edad hoy día sigue siendo la misma, con el eslogan 3.000 años de historia se resume la fundación de la colonia fenicia de GADIR. 

Evidentemente, la razón principal es que la fecha de fundación es aproximada, pero podemos adentrarnos más si cabe en esta cuestión, estudiada por los historiadores desde hace bastante tiempo y sin resolución aún en los días en los que hablamos, y si no cambian mucho los descubrimientos arqueológicos y epigráficos, para siempre.

Para ello, hay que hacer un balance sencillo de los datos que nos dan las fuentes bibliográficas y las fuentes arqueológicas.

Por un lado, tenemos los textos basados en las noticias del autor romano del S.I. a.C. Veleyo Patérculo. En su Hist.Rom.I,2,3, nos dice que Gadir fue fundada unos años antes que Útica, que sabemos que se funda 287 años antes que Carthago, y esta última se fundó en el 814 a.C.. El resultado para la fundación de Útica resuelto por García y Bellido sería en el 1101 a.C.. Por lo tanto Gadir sería fundada unos años antes. También Veleyo nos dice que Cádiz nació unos 80 años después del 1184 a.C., teniendo la fecha del 1104 a.C. Plinio también nos dirá que Útica nace en el 1101 a.C.

Esta cronología "documentalista" tiene desde hace bastante tiempo una corriente revisionista que cuestionan la veracidad de las fuentes clásicas. La principal base es la ausencia de restos arqueológicos pertenecientes al siglo XII a.C. en el mundo occidental, y se entiende la cronología clásica como un intento de revitalizar a Homero como fuente histórica. Todo ello lleva a los revisionistas a fijar el inicio de las exploraciones fenicias al siglo VIII a.C, siendo contemporánea de la griega, existiendo opiniones como la de Juan Ramírez Delgado, que la elevan al siglo X a.C. (esto coincide con los primeros restos arqueológicos encontrados en la ciudad en el siglo XXI).  

Así también, historiadores de prestigio como María Eugenia Aubet apuntan que al ser una colonización con un patrón religioso Melqart, no pudo ser antes del siglo X a.C., ya que su consagración se atribuye a Hiram I. También argumenta que entre el siglo XII al IX es la transición a la Edad del Hierro Fenicia, que sufrió una destrucción violenta en esas fechas quedando bajo la esfera de Sidón hasta el siglo VIII a.C. Otro argumento más para situar la colonización hacia el siglo X a.C. es la crisis de subsistencia que sufre el ámbito de Fenicia en esta época con un fuerte aumento de la población lo que la lleva a buscar otros espacios por rutas del mar y la falta de minerales (plata) en Asiria. 

El auge de Tiro se sitúa entre el siglo IX y el el VIII a.C., como cabeza de una federación fenicia en la que algunos sitúan a Sidón y Biblos. Además es en este tiempo, a partir del siglo X a.C., cuando la navegación fenicia se asienta superando al cabotaje por la de las estrellas, la polar, entre otras, a la que los griegos llamarán la fenicia. 

Es por lo tanto un tema candente y sin resolución el que lleva a que Cádiz siempre tenga tres mil años, y es el no conocerse su fecha de fundación con claridad, estando a caballo entre finales del siglo XII a.C., y el siglo VIII a.C., no por ello, sin poder encontrar vestigios arqueológicos que se acerquen más a la primera fecha que a la segunda. Ojalá algún día la fecha de fundación quede establecida de manera totalmente clara y podamos afirmar que Cádiz tiene 3000 años y pico.

Hay muchísima bibliografía sobre el debate historiográfico que estuvo más en boga con el descubrimiento del yacimiento arqueológico de Gadir en el antiguo teatro Cómico de la ciudad.  Pero aquí dejamos un pequeño esbozo introductorio, utilizando los apuntes del amigo Fierro Cubiella al respecto y algunas fuentes clásicas para realizarlo.

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