Uno debe ser partícipe de la historia de su ciudad y conocer, aunque sea someramente, la historia de las piedras que la componen. Por eso, en esta ocasión, nos acercamos a la historia de uno de los edificios de que forman parte hoy de la Diputación Provincial, de nombre edificio Roma, pero conocido por los gaditanos por ser la sede del antiguo Hotel Roma.
Sabemos que a principios del siglo XIX, la casa perteneció al patronato denominado "Diego Pérez de Garayo", según nos informa Mariano de Retegui el 20 de febrero de 1983 en las páginas de Diario de Cádiz. En esta casa estuvieron vinculadas familias vascas de Victoria, entre ellas los López de Verasturi.
Más tarde la casa pasó a manos del senador Manuel Ruiz Tapie y Paul, un comerciante gaditano que la mantendría hasta 1846 cuando la vende a los señores Lasante e hijo para que lo utilizaran como negocios bancarios. Bajo su mando, la casa efectuó las reformas neoclásicas, como muchas fincas de Cádiz, en tiempos del alcalde Valverde, de la mano de José Armario, que las realiza en 1862, adquiriendo, en líneas generales, su aspecto actual, donde destacan la fachada, el patio principal de mármol y la suntuosa escalera. Curioso dato es que esta familia Lasante tenía su domicilio en San Agustín nº2, edificio del que intentaremos hablar en una próxima entrega.
Como banco funcionó la casa durante todo lo que restó del siglo XIX con diferentes nombres dentro de la misma familia, "Juan de Dios de Lasanta e hijo", "Hijos y nietos de Juan José de Lasanta" y por último "Nieto de don Juan de Lasanta y Cia".
Ya en el siglo XX, concretamente, en enero de 1913, la finca se arrienda a Luis Ravizza y Bellosta, quien inicia el negocio hotelero como Hotel Victoria. Tras ventas parciales, en 1931 la adquiere el contratista de obras José Repeto y Lloret y la finca pasa por momentos difíciles durante la guerra, siendo adjudicada en 1945 por débitos con la hacienda y saliendo a subasta pública, de donde la adquiere Manuel Guiral por 425.000 pesetas, naciendo ahora el Hotel Roma que nuestros mayores han conocido. Tras muchos años, en los ochenta el edificio pasó a un estado de abandono hasta que fue rehabilitado para oficinas públicas por la Diputación de Cádiz.
Entre sus paredes se recuerda en la ciudad el rodaje de la película Cuba donde participó Sean Connery (mostramos una foto extraida del blog de Luis García Gil), y en su patio se encuentra un brocal de pozo de mármol que nos recuerda a nuestra historia, ya que perteneció al extinto Convento de Capuchinos de Cádiz. También destaca su preciosa montera, una de las más singulares de la ciudad.